Javier Flores Garcia, un inmigrante indocumentado de Filadelfia, encontró un santuario en la Iglesia Metodista Unida de Filadelfia un poco después de que Donald Trump fuera elegido presidente.
Después de casi un año en la iglesia, Flores pudo regresar a su casa.
“Fue doloroso ver a los padres con sus hijos pasar por aquí y no poder hacer lo mismo,” dijo Flores. “Fue muy difícil.”
En encontrar refugio en la iglesia, Flores explico que fue una forma de resistencia, pero también un intento de proteger a su familia manteniéndose lo suficientemente cerca como para verlos y ser parte de sus vidas.
En 2004, Flores fue acuchillado en la calle por dos hombres que llevaban cortadores de caja. Mientras estaba en el hospital, Flores le ayudó a la policía a localizar y procesar a sus atacantes. Debido a su ayuda y de otra manera buena posición en la comunidad, sus órdenes de deportación fueron abandonadas, dijo el abogado de Flores Brennan Gian-Grasso.
Flores es ahora elegible para una Visa U, que otorga estatus temporal a las víctimas de delitos que ayudan a las autoridades a investigar y procesar. Después de salir de la iglesia el miércoles, Flores fue a la oficina de inmigración para que le quiten el monitor de tobillo y para comenzar el proceso de obtener un estatus temporal.
