
Tras 18 meses separados, Eduardo y Ángel pudieron abrazar a sus familias quienes llegaron de Colorado y Florida a México para reunirse con ellos. Esto, luego de que los dos jóvenes que vivieron por años en EEUU, salieron por una cita consular para tramitar la residencia permanente legal pero les negaron el regreso. Tras una revisión de sus casos, consiguieron un permiso humanitario para volver al país que los vio crecer.